Cusco.- Gracias a las técnicas de proyección vertical de un equipo peruano-español de arqueólogos y espeleólogos del proyecto Ukupacha de la Universidad Jayme I de Castellón, y del proyecto Incapintay, se logrado llegar hasta una de las más importantes pinturas rupestres del arte inca, conservada durante cuatro siglos en un difícil farallón del Valle Sagrado de los Incas.
Se trata del rostro de Manco Inca II o Manco Inca Yupanqui, uno de los últimos monarcas del Tahuantinsuyo, hijo del emperador Huayna Capac, quien durante más de 15 años ciñó la Mascaypacha. Además combatió contra los conquistadores españoles desde la región de Vilcabamba, último reducto de resistencia, donde los incas gobernaron hasta el año 1572, tres décadas después de la llegada de las huestes de Pizarro.
Salvador Guinot del colectivo Ukhupacha, explicó que el mural del rostro de Manco Inca se ubica exactamente en el farallón de la montaña sagrada o apu de Pinkuylluna, a la entrada del pueblo de Ollantaytambo. Ollantaytambo es considerada una de las últimas ciudades incas vivientes, ubicada en el Valle Sagrado de los Incas, en la provincia de Urubamba a una hora y media en vehículo desde la ciudad de Cusco.
El especialista aclaró que históricamente y en la bibliografía ya se sabía de la existencia de este importante mural, pero era muy poco conocido y estudiado debido a que es muy difícil acceder a él por su arriesgada ubicación en el citado farallón. Resaltó que recién ahora gracias a las técnicas de proyección vertical se ha podido acceder a la pintura rupestre para que pueda ser estudiada y registrada detalladamente.
En tanto, el arqueólogo peruano Víctor Falcón Huayta del proyecto Incapintay, dijo que ahora se podrá saber y recabar los datos necesarios para conocer los tipos de pigmentos que usaron en su constitución, asimismo la secuencia de su ejecución, sus rasgos estilísticos más notables. De la misma forma se podrá establecer con precisión su estado de conservación para las medidas de protección que debe implementar el Instituto Nacional de Cultura (INC), puesto que el mural está en peligro porque corre el riesgo de desaparecer completamente debido a que está expuesto a la intemperie.
Falcón Huayta precisó que el mural fue pintado durante la guerra de la conquista española en la década de 1530, en la que el monarca Manco Inca inició la denominada guerra de resistencia a la conquista española. Datos históricos cuentan que el monarca inca se atrincheró con su ejército por unos meses en la fortaleza y templo de Ollantaytambo, lugar donde ganó varias batallas y escaramuzas contra las fuerzas de Francisco Pizarro.
Falcón Huayta dijo que Guamán Poma de Ayala menciona el mural en sus crónicas. “Y mandó retratarse el dicho Mango Inga y a sus armas en una peña grandísima para que fuese memoria.” (Guaman Poma, 1615). Asimismo, el arqueólogo señaló que el mural es descrito en otros libros e investigaciones como en un boceto de la entrada a Ollantaytambo, realizado en el año 1844, por el dibujante alemán Rugendas.
Del mismo, modo dijo que el mural es mencionado por el investigador austriaco R. Hostnig y en un inventario de Arte Rupestre Peruano del (2003), así como en un estudio sobre pictografías incaicas de la región del Cusco del 2008. Los trabajos se realizaron en coordinación con el Instituto Nacional de Cultura. (Andina).
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